La vitamina D es una sustancia natural que tiene beneficios nutricionales y para la salud. Sólo unos pocos alimentos, como el pescado graso y los champiñones, contienen vitamina D de forma natural.
Lo produce el cuerpo en las capas inferiores de la capa superior de la piel (epidermis) cuando se expone a la luz solar o a lámparas especializadas.
Generalmente en los países occidentales, los productos lácteos de vaca y vegetales junto con ciertos cereales para el desayuno están fortificados con vitamina D.
La vitamina D que se produce en la piel no es realmente biológicamente activa hasta que se transfiere al hígado y los riñones, donde se modifica para activarla.
Ahora te preguntas: "¿Por qué es esto importante para mí?"
Bueno, si tiene problemas de hígado o riñón por cualquiera de varias causas posibles, puede desarrollar una deficiencia grave de vitamina D porque la vitamina D no se puede transformar en su forma eficaz. Para abordar este problema, es posible que necesites tomar un suplemento de vitamina D que se presente en forma activa.
Técnicamente, la vitamina D se considera una hormona porque el cuerpo la produce del mismo modo que produce otras hormonas naturales de las que ha oído hablar, como la insulina, el estrógeno, la testosterona y otras.
Cosas emocionantes, ¿no?
Entonces, ¿qué hace exactamente esta vitamina/hormona?
Principalmente, la vitamina D te ayuda a absorber el calcio, magnesio y fosfato que tu cuerpo necesita de tus intestinos.
Estas tres sustancias son vitales para la salud ósea y muscular; calcio, magnesio y fosfato. Su cuerpo los utiliza para formar huesos. También son importantes para la función muscular. El fosfato es parte de la poderosa sustancia productora de energía conocida como ATP que su cuerpo necesita y de la que depende cada proceso metabólico de su cuerpo. Sin estos tres elementos (magnesio, calcio y fosfato), ¡no puedes sobrevivir!
A medida que avanza en su vida diaria, la vitamina D trabaja arduamente para mantenerlo fuerte y saludable.